Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tas mandamientos. Sal. 119:131
1- Sal. 63:1
2- Sal. 84:2
3- Sal. 119:7
4- Sal. 119:176
C- Sal. 19:10
De tus mandatos tengo sed,
reclamo yo tu amor,
mi alma ve y ten merced
de mí, buen Salvador;
tu luz divina hazme ver
y tus mandatos conocer.
Tu ley es deliciosa
y tus promesas son
más ricas, sí, que todo don,
y tu palabra hermosa,
que oro más preciosa.
Anhela mi alma conocer
ardiente tu verdad,
y tus palabras entender
con celo y claridad;
delicia tu palabra es
y luz gloriosa de mi ser.
Tu ley yo amo, oh Jesús,
pues ella goces da;
constante sigo yo su 1uz.
y mi alma Vencerá;
más gratas tus palabras son
que todo bien y posesión.
Tu siervo cual oveja es,
sus sendas al errar;
espero yo que a mi alma des
la senda del hogar;
tus estatutos hazme ver,
te quiero yo obedecer.
LETRA: Juan N. de los Santos, 1925, basada en Sal. 119
MUSICA; William A. Ogden, 1891