Pero tú, oh Jehová, me conoces; me viste, y probaste mi corazón. Jeremías 12:3
1- Sal. 139:1-2
2- Sal. 139:4
3- He. 4:13
Cuanto soy y cuanto encierro
manifiesto es para ti,
pues tu vista escrutadora,
¡oh Señor!, penetra en mí.
Si se agita mi conciencia
tú percibes su emoción;
razonar ves a la mente,
meditar al corazón.
Y hasta el íntimo deseo
que en mi pecho se abrigó,
sin que el labio lo expresara,
en tu oído resonó;
ya despierto, ya dormido,
me circunda tu poder,
y es tu aliento que da vida,
el que aspiro por doquier.
¡Oh gran Dios! cuando contemplo
tu infinita perfección,
el asombro llena mi alma,
se confunde mi razón
y oigo un eco en mi conciencia
que me dice:
“puro sé en deseos,
lengua y obras,
porque Dios siempre te ve”.
LETRA: Juan B. Cabrera
MÚSICA: Ch. Gounod