Las huestes celestiales alababan a Dios. Lucas 2:23
1- Lc. 2:24
2- Lc. 2:26,30-32
3- Fil, 2:7-8
Oíd un son en alta esfera:
“En los cielos gloria a Dios!
Al mortal paz en la tierra!”,
canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos,
al eterno Rey cantemos,
a Jesús, que es nuestro bien,
con el coro de Belén.
Canta la celeste voz:
“En los cielos, gloria a Dios!”
El Señor de los señores,
el ungido celestial,
a salvar los pecadores,
bajó al seno virginal.
Loor al verbo encarnado,
en humanidad velado;
gloria al santo de Israel,
cuyo nombre es Emanuel.
Canta la celeste voz:
“En los cielos, gloria a Dios!”
Príncipe de paz eterna,
gloria a ti, a ti Jesús,
entregando el alma tierna,
tú nos traes vida y luz.
Has tu majestad dejado
y buscarnos te has dignado;
para darnos el vivir
a la muerte quieres ir.
Canta la celeste voz:
“En los cielos, gloria a Dios!”
LETRA: Charles Wesley (1739), trad, Juan 0. Cabrera
MÚSICA: Félj Mendelssohn (1840), arr. William H. Kumings (1856)