No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. Filipenses 2:6
1-Lc. 2.7
2-He. 2:9
3- Lc. 4:18,28
4-Jn. 14.3
C-Cnt. 7:10-12
Tú dejaste tu trono y corona por mi
al venir a Belén a nacer,
mas a ti no fue dado
el entrar al mesón
y en pesebre te hicieron yacer.
Ven a mi corazón, oh Cristo,
pues en él hay lugar para ti;
ven, a mi corazón, oh Cristo ven
pues en él hay lugar para ti.
Alabanzas celestes los ángeles dan
en que rinden al Verbo loor;
más humilde viniste a la tierra, Señor,
a dar vida al más vil pecador.
Tú viniste, Señor, con tu gran bendición
para dar libertad y salud,
mas con odio y desprecio
te hicieron sufrir,
aunque vieron tu amor y virtud.
Alabanzas sublimes los cielos darán
cuando vengas glorioso de allí,
y tu voz entre nubes dirá:
“Ven a mí, que hay lugar junto a mí para ti”.
Cuando este himno se canta con la segunda tonada, el coro debe ser como sigue:
Ven a mi corazón, oh Cristo,
pues en él hay lugar para ti.
LETRA: Emily E. 5, Elliot (1864)
MÚSICA: Primera tonada, Ira U. Sankey.
Segunda tonada, Timothy R. Matthews.