Los que duermen serán despertados. Dn. 12.2
1- Mt. 25.5-7
2- Cnt. 5.1
3- Ap. 21.21
¡Despertad, la voz nos llama!
Del guarda fiel la gran proclama,
despierta, pueblo de David.
Ya la medianoche suena,
venid a la celeste cena;
prudentes vírgenes, salid,
a vuestro esposo ved,
la lámpara encended.
¡Aleluya! Pronto acudid al adalid,
con júbilo a las bodas id.
Escuchando el dulce canto,
Jerusalén, con gozo santo
despierta alegre, pronta está.
El esposo que del cielo
desciende, está de gracia lleno,
su blanca aurora brilla ya.
Bendito Salvador,
clamemos con fervor
el hosanna.
Luz celestial, guía al mortal
a aquella fiesta triunfal.
Gloria a ti sea cantado
por querubines, entonado
en arpas de sonora voz.
Doce perlas son la entrada,
que nos conduce a la morada,
mansión de paz de nuestro Dios.
Jamás el ojo vio, ningún oído oyó
tanto gozo.
A disfrutar id y a cantar
el aleluya sin cesar.
LETRA: Philip Nicolai, s. XVI, trad. Federico Fritz Fliedner
MÚSICA: Philip Nicolai, arm. J. S. Bach