Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo. 1 Jn. 2.1.
1- Ro. 8.34
2- 1 Jn. 1.8
3- Dn. 5.27
4- Jn. 12.26
C- Heb. 9.24
¿Quién será mi fiador?
preguntéme al dejar
para siempre,
la senda torcida del mal;
cuando al juez sin igual
ante mí contemplé,
¿a quién, pues, por justicia
por fin yo tendré?
Cuando el juez sin igual
vino mi alma a juzgar
y un fiador me pidieron
por mi alma inmortal,
allí mi Jesús
se volvió en pro de mí
y exclamó con amor:
“Yo respondo por ti”.
Cuán oscuro el pasado
en la cruz contemplé,
cuánto yerro y pecado
en la senda que hollé;
pues allí no hay bien
que aparezca en mi haber,
¡oh! ¿quién, pues, por mi alma
querrá responder?
La justicia yo vi
su balanza ostentar,
y temblé y gemí
la balanza al pisar,
al pesarme allí,
yo muy falto me hallé,
¡oh! ¿quién, pues, por mi alma
querrá responder?
Buen Jesús, en tu seno
yo quiero morar,
tus mandatos yo anhelo
por siempre acatar;
mientras viva yo aquí,
quiero ser fiel a ti
y exclamar con amor:
“Tú respondes por mí”.
LETRA Y MÚSICA: E. B. Vargas