Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz. Pr. 3.17
1- Mt. 7.14
2- Jn. 15.19, 21
3- Hch. 9.3
Hay una senda
que el mundo no conoce,
hay una senda
que yo pude encontrar;
en Cristo tengo
la salvación de mi alma,
Cristo es la senda
que me puede salvar;
en Cristo tengo
la salvación de mi alma,
Cristo es la senda
que me puede salvar.
Las amistades
y todos mis parientes
fueron las gentes
que yo relacioné;
me aborrecieron
por causa de su nombre,
cuando supieron
que a Cristo me entregué;
me aborrecieron
por causa de su nombre,
cuando supieron
que a Cristo me entregué.
Y aquel camino
de tantos sufrimientos,
aquel camino
que el cielo me trazó,
fue transformado
en aquel feliz momento,
cuando mi Cristo
a mí me rescató;
fue transformado
en aquel feliz momento,
cuando mi Cristo
a mí me rescató.
LETRA: Tomás Estrada, c. 1995
MÚSICA: Melodía mexicana, s. XX, arr. Roberto C. Savage