¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? Is. 40.25
1- Cnt. 5.16
2- Sal. 113.5-6
3- Flp. 2.8-10
4- Ap. 7.17
Nada es comparable
a ti, mi Señor;
nada codiciable
como tu favor;
Señor adorable,
te abro el corazón:
Nada es comparable
a ti, mi Señor.
Grande maravilla,
célico esplendor,
gran Dios que te humillas
por mi salvación;
bondad inefable,
te abro el corazón:
Nada es comparable
a ti, mi Señor.
Cuando te contemplo
en tu humillación,
todo el ser te ofrezco
en adoración;
amor sin ejemplo,
te abro el corazón:
Nada es comparable
a ti, mi Señor.
Manantial fecundo,
fuente de dulzor,
inundaste al mundo
con tu inmenso amor;
amor sin segundo,
te abro el corazón:
Nada es comparable
a ti, mi Señor.
LETRA: Villancico francés, trad. R. E. Ríos
MÚSICA: Melodía tradicional francesa