El Santo de Israel, es tu Redentor. Is. 41.14
1- Ro. 8.2
2- Jer. 3.17
3- Dt. 33.29
4- 2 Ti. 1.12
¡Salve, Jesús,
mi eterno Redentor!
En ti confía mi alma, Salvador;
sufriste cruenta cruz
por mi maldad,
para librarnos en tu gran bondad.
Omnipotente,
tú reinando estás;
misericordia y gracia plena das.
Tu trono en nuestras almas
haz, Jesús,
llénalas de tu dulce y pura luz.
Vida eres y de ti
es el vivir;
de ti el sostén confiamos recibir;
por fe esperamos sólo en tu poder,
que en toda prueba
nos hará vencer.
Otra esperanza
no hay para el mortal,
en su tan corta vida terrenal.
Tu calma y paz
nos guardan del azar,
tus fuerzas nos harán perseverar.
Amén.
LETRA: Juan Calvino, trad. George P. Simmonds
MÚSICA: Salterio de Ginebra, 1551