En lugares de delicados pastos me harás descansar. Sal. 23.2
1- 1 Jn. 4.16
2- Is. 60.20
3- Jn. 3.29
4- Nm. 21.9
Oh, amor que no me dejarás,
descansa mi alma siempre en ti;
es tuya y tú la guardarás,
y en el océano de tu amor
más rica al fin será.
Oh, luz que en mi sendero vas,
mi antorcha débil rindo a ti;
su luz apaga el corazón,
seguro de encontrar en ti
más bello resplandor.
Oh, gozo que a buscarme a mí
viniste con mortal dolor;
tras la tormenta, el arco vi,
y ya el mañana, yo lo sé,
sin lágrimas será.
Oh, cruz que miro sin cesar,
mi orgullo, gloria y vanidad,
al polvo dejo, por hallar
la vida que en su sangre dio
Jesús, mi Salvador.
LETRA: George Matheson, trad. Vicente Mendoza
MÚSICA: Albert L. Peace