La abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.
2 Co. 8.2
Padre eterno y bondadoso,
te venimos a ofrendar,
con el corazón gozoso,
nuestros dones a tu altar;
no los damos con tristeza
ni los damos con dolor,
te ofrendamos con largueza,
por tu amor al buen dador.
LETRA: Miguel Salazar N.
MÚSICA: Luz Alba Tec Buenfil