La bendición de Jehová es la que enriquece. Pr. 10.22
1- Jn. 4.10
2- Ap. 14.3
3- Col. 1.9
Fuente de la vida eterna
y de toda bendición,
ensalzar tu gracia tierna
debe todo corazón;
tu piedad inagotable,
abundante en perdonar;
único ser adorable,
gloria a ti debemos dar.
De los cánticos celestes
te quisiéramos cantar,
entonados por las huestes
que lograste rescatar;
almas son que redimiste,
porque les tuviste amor,
de ellas te compadeciste
con tiernísimo amor.
Toma nuestros corazones,
llénalos de tu verdad,
de tu Espíritu los dones,
y de toda santidad;
guíanos en la obediencia,
humildad, amor y fe;
nos ampare tu clemencia;
Salvador, propicio sé.
LETRA: Robert Robinson, 1758, trad. Thomas M. Westrup
MÚSICA: Melodía americana, publ. por John Wyeth, 1813, arr. Asahel Nettleton, 1825