La consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. Nm. 6.7
1- Sal. 139.10
2- Sal. 122.2
3- Heb. 13.15
4- Nm. 6.8
5- Stg. 4.8
C- Sal. 26.6
Que mi vida entera esté
consagrada a ti, Señor;
que mis manos pueda guiar
el impulso de tu amor.
Lávame en la sangre del Señor,
límpiame de toda maldad;
traigo a ti mi vida
para ser, Señor,
tuya por la eternidad.
Que mis pies tan sólo en pos
de lo santo puedan ir;
y que a ti, Señor, mi voz
se complazca en bendecir.
Que mis labios al hablar
hablen sólo de tu amor;
que mis bienes ocultar
no los pueda a ti, Señor.
Que mi tiempo todo esté
consagrado a tu loor;
y mi mente y su poder
sean usados en tu honor.
Toma, oh Dios, mi voluntad,
y hazla tuya, nada más;
toma, sí, mi corazón,
y tu trono en él tendrás.
LETRA: Frances R. Havergal, trad. Vicente Mendoza
MÚSICA: W. G. Fischer