Llévame a la roca que es más alta que yo. Sal 61.2
1- Sal. 71.3
2- Lc. 7.38, 50
3- 2 S. 22.2-3
Roca de la eternidad,
fuiste abierta tú por mí,
sé mi escondedero fiel,
sólo encuentro paz en ti;
rico, limpio manantial
en el cual lavado fui.
Aunque sea siempre fiel,
aunque llore sin cesar
del pecado no podré
justificación lograr,
sólo en ti teniendo fe
deuda tal podré pagar.
Mientras haya de vivir,
y al instante de expirar,
cuando vaya a responder
en tu augusto tribunal,
sé mi escondedero fiel,
Roca de la eternidad.
LETRA: A. M. Toplady 1776, trad. Thomas M. Westrup
MÚSICA: Tomas Hastings