He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos. Ap. 21.3
1- Sal. 15.1
2- Sal. 15.2
3- Sal. 15.3
4- Sal. 15.4
5- Sal. 15.5
¿Quién, mi Señor, habitará
dichoso en tu morada,
o en tu monte santo;
y tras quebranto, encontrará
el eterno, dulce reposo?
El que camina sin dudar,
derecho, por sendas rectas,
libres de malicia,
y obra justicia, y la verdad
preciada habla en su pecho.
El que su lengua a maldecir
no apresta, ni daño causa
a prójimo ninguno;
ni al importuno que contra él
murmura, crédito presta.
El que a los viles
con desdén censura,
mas honra a cuantos
al Eterno temen;
y aunque jurare
en perjuicio propio,
jamás perjura.
El que no presta
su dinero a usura,
ni por cohecho al inocente vende;
quien esto hiciere, vivirá
en morada siempre segura.
LETRA: Juan B. Cabrera
MÚSICA: Samuel Pascoe